Ciprés, Ciprés mediterráneo
(Cupressus Sempervirens)
¿Qué hay que saber de este árbol?
Se trata de un árbol de hoja perenne (por eso lo de ‘sempervirens’) de manera que permanece verde todo el año. Su floración es normalmente a desde mediados de febrero y hasta finales de marzo, y durante esa época suelta un polen de color amarillento en cuanto se agitan un poco las ramas. De hecho produce importantes alergias respiratorias.
Es originario de la zona del Mediterráneo, así que está bien adaptado a climas con veranos secos con pocas lluvias. Aguanta suelos áridos y necesita bastante sol. Es muy resistente a la sequía e incluso soporta temperaturas de -15º. Ideal para Granada. Pero lo encontramos en otras zonas del planeta como California (EEUU), Sudáfrica y Australia. También se llega a adaptar a veranos húmedos, como en las Islas Británicas.
Puede vivir bastante, hasta 600 años (se han documentado ejemplares de hasta 1000). Y crece muy rápido en sus primeros años de vida, hasta alcanzar alturas de 25-30 mtrs.

Historia
¿De dónde viene?
Es originario de la zona oriental del Mediterráneo, y su uso se extendió muchísimo en época greco-romana como elemento decorativo para los jardines ¡igual que en la actualidad! De hecho su nombre derivaría de ‘Kyparissos’ (en latín ‘Cupressus’) o Cipariso para nosotros que, según la mitología griega, fue un joven amante de Apolo al que el dios convirtió en ciprés a su muerte (son numerosas las versiones de la leyenda…). Aunque también se relaciona con ‘kypros’ (Cyprus), por ser nativo de la isla de Chipre.
Aparece en la Biblia en varias ocasiones; Alejandro Magno utilizó cipreses de Chipre y Fenicia para construir la ‘flota del Eúfrates’; Constantino el Grande para construir una de las puertas de Constantinopla…
Como curiosidad, el análisis del lignum crucis que se custodia en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, reconocido como verdadero por la Iglesia Católica, arrojó que la madera es de ciprés y podría tener unos 2000 años de antigüedad.
Pero ¿por qué es el árbol del cementerio?
A decir verdad no queda clara su relación con el mundo de lo fúnebre. En la Antigua Grecia lo consideran símbolo de belleza femenina, pero a la vez es un símbolo funerario.
Las versiones son para todos los gustos: por estar consagrado al dios Hades (según Teofrasto), porque ayuda a las almas de los difuntos a ascender al cielo por su forma, porque su ramaje sombrío y lúgubre daba lugar a la melancolía…
Hay otras cuestiones mucho más prácticas. Al tener raíces ‘pivotantes’, es decir, que tienden a crecer hacia abajo, en profundidad y en vertical, no dañarían a las tumbas en los cementerios. Y por eso también son buenos como setos en casas y jardines, porque no dañan los muros.
Aún así, en otras zonas también se han utilizado en diferentes épocas como símbolo de hospitalidad. Y según el número de cipreses plantado en un jardín, se ofrecía comida, alojamiento, etc.
Sus nombres comunes
El más habitual es ciprés, si bien también se pueden referir a este árbol como ciprés común, ciprés mediterráneo. En algunas zonas de EEUU es conocido como ‘ciprés italiano’, por ser un árbol muy común también en Italia.
Sus traducciones
English: cypress (Mediterranean cypress, Italian cypress)
Français: cyprès (cyprès commun, cyprès toujours vert)
Propiedades
El uso por el que más lo conocemos (además de para los cementerios), es el decorativo. Forma arcos, muros, pantallas… crece rápido y es fácil de podar y darle forma. En el caso de la Alhambra incluso se llega a utilizar para simular el volumen de arquitecturas ya desaparecidas (como en el Patio de Machuca o la Medina)
Su madera aguanta muy bien la humedad, por lo que desde la Antigüedad se ha utilizado para construcción de navíos. Es muy apreciada también para la construcción de guitarras flamencas.
Al tener raíces profundas y estar bien anclado en el suelo, en algunas zonas se utiliza como barrera contra el viento para la protección de cultivos.
En cuanto a la medicina tradicional, tiene propiedades curativas para varices, hemorroides y próstata.
Algunos cipreses famosos
‘El Ciprés de la Sultana’
Se encuentra en el Palacio del Generalife, en el conocido también como ‘Patio de la Sultana’. Aunque se secó hace ya algunos años, su tronco tiene un porte impresionante y sigue ocupando un espacio destacado en este patio. La tradición romántica cuenta que ‘este ciprés fue testigo de los encuentros de un caballero Abencerraje y la esposa de Boabdil’
El (mal llamado) cedro de San Juan de la Cruz
En el Carmen de los Mártires, se encuentra un ciprés ‘lusitanica’, una variedad originaria de México. Cuenta la tradición que fue plantado en el antiguo jardín del convento de los Mártires por el que fuera su tercer prior, San Juan de la Cruz.
Autor: Daniel Aguilera