¿Qué hay qué saber de esta planta?
La jacaranda es un árbol subtropical perteneciente a la familia de las Bignoniáceas, y sus flores son acampanadas. Precisamente son sus flores, que crecen en racimos antes de que broten las hojas, uno de sus principales atractivos. La floración de las jacarandas es un auténtico espectáculo de color azul violeta que nos regala la primavera, de mediados de abril a mediados de junio, y en algunas ciudades por su especial climatología, se puede repetir en otoño como sucede en el sur de España.
Además de por su belleza, por sus raíces no invasivas que permiten que sean plantadas en jardines pequeños o de tamaño medio, es un árbol muy apreciado por todos los que nos preocupamos por el medio ambiente pues muestra una gran capacidad para absorber CO2 con un moderado gasto de agua asociado. Todas estas características lo hacen ideal para adornar las calles y avenidas de numerosas ciudades. La jacaranda es símbolo de la ciudad de Sidney, en Pretoria se estima que hay plantadas casi 70.000 y en Los Ángeles se pueden ver hasta 148.000 ejemplares.
Suelen tener una altura de 12-15 metros aunque pueden alcanzar más de 20. Sus copas son abiertas, irregulares y poco densas. Sus ramas arqueadas son ideales para crear un dosel sobre una calle o un bulevar, y cuando caen sus flores, van formando una alfombra de color violeta. (Probablemente no será el árbol favorito de los encargados de la limpieza porque son un poco pegajosas)
Sus frutos son leñosos, permanecen bastante tiempo en el árbol y tienen forma de castañuelas en cuyo interior se encuentran sus semillas, aladas y marronáceas. Tienen un nombre muy curioso en guaraní, ka-í jepopeté, que significa algo parecido a “aplauso de mono”. En Paraguay se utilizan en artesanía para confeccionar llaveros, pendientes o collares.
Necesitan de un clima templado y cálido aunque resisten bien las heladas débiles. A pesar de que es un árbol de hoja caduca, hay muchos ejemplares que no llegan a perder todo el follaje, por tanto, son semicaducifolios. No crecen muy rápidamente y pueden llegar a cumplir más de 100 años.

Su historia
¿De dónde viene?
Es originaria de Brasil y la conocemos gracias a la expedición de Magallanes-Elcano que dio la primera vuelta al mundo. En diciembre de 1519 desembarcan en la Bahía de Santa Lucía (probablemente actual Rio de Janeiro), y allí conocen nuevos sabores como el de la piña y nuevas plantas como la jacaranda, según nos cuenta Antonio de Pigafetta, que viajó en dicha expedición, en su célebre diario.
También crece de una forma natural en Perú, Bolivia, y regiones del norte de países como Paraguay, Argentina y Uruguay.
Sus nombres comunes
Jacaranda es una versión latina moderna de su nombre nativo guaraní, yakara’na, y significa “fragante”.
Sus nombres más comunes son (la) jacaranda, (el) jacarandá y tarco.
Masculino y con acento en Argentina, femenino y sin acento en España y Centroamérica.
Aunque esté muy extendido el uso del término palisandro para referirse a la jacaranda, es un error pues son dos especies diferentes.
Sus traducciones
Inglés: jacaranda tree, blue jacaranda tree (en algunos lugares de USA: black poui, Green ebony tree)
Francés: jacaranda, jacaranda à feuilles de mimosa (en algunas islas flamboyant bleu)
Sus propiedades
Por su madera clara, liviana y fácil de trabajar es utilizada en carpintería y ebanistería (laminados, muebles y decoraciones de interiores de coches de lujo).
Tanto a las hojas, como a las flores e incluso a la corteza se le atribuyen propiedades medicinales: antitumorales, espasmolíticas, antiamebianas. Las semillas pulverizadas se han utilizado para curar llagas. Las hojas son astringentes y diuréticas. (Mejor no hacemos experimentos y vamos al médico).
Curiosidades
En Sevilla se han plantado más de 7.700 jacarandas y es a partir de los años 70-80 que tienen esta utilidad viaria. Pero parece ser que los dos primeros ejemplares llegaron a principios del s. XX enviados desde Inglaterra por el famoso diplomático y miembro de la realeza británica Lord Mountbatten como compensación por haber arrancado unas clavelinas en la plaza de América del Parque de Mª Luisa. Y eso que tuvo que pagar la multa correspondiente al jardinero, que no se casaba con nadie.
Existen más de 40 especies de jacaranda. Hay una variedad de jacaranda mimosifolia que es blanca y se considera una rareza botánica. En Europa sólo existe un ejemplar y se encuentra en Sevilla, en los jardines de la antigua Fábrica de Tabacos. Tiene entre 50 y 70 años y es una auténtica joya botánica.
Autor: Isabel Puerto