La rebelión de las Alpujarras
La rebelión de las Alpujarras se va a producir entre los años 1568 a 1571 bajo el reinado de Felipe II como respuesta a un edicto concebido en 1566 (conocido como la Pragmática) que limitaba las libertades religiosas de la población morisca. En 1567 Pedro de Deza, presidente de la Audiencia de Granada, proclamó el edicto y comenzó a hacerlo cumplir. Tras un año de infructuosas negociaciones, la población morisca granadina decide levantarse en armas en 1568.Sin recibir apoyo de la capital, la rebelión se extiende rápidamente por las Alpujarras. El líder del levantamiento morisco era Fernando de Córdoba y Válor, descendiente del Califa de Córdoba, que volvió a su nombre árabe de Aben Humeya. Un año más tarde fue asesinado, ocupando el puesto de rey su primo Aben Aboo.
La población morisca va a sufrir una fuerte presión fiscal, lo que va a provocar levantamientos y actos de vandalismo.
A todo este tipo de presiones fiscales hay que unir, por el lado social, la famosa Pragmática de Felipe II, ya mencionada, por el que se van a prohibir los usos, costumbres, fiestas, vestidos, lenguas, nombres, distintivos, etc.. de la población morisca; y en lo económico, un grave descenso en la producción de seda que se vendía a Flandes, Italia y las Indias que se abastecían sobre todo de seda de las Alpujarras.
En este clima socio-económico, el levantamiento de la población morisca no se hizo esperar. Aben Humeya comenzó con incursiones y emboscadas sorprendiendo a Felipe II con la mayoría de sus tercios en los Países Bajos. Ante el peligro de la extensión de la revuelta, en 1570 Juan de Austria lideró un ejército regular traído de Italia y España oriental para sustituir a la milicia andaluza, el cual acabó con la revuelta en 1571, utilizando el sistema de tierra calcinada: tala de árboles, destrucción de molinos, etc..
A los moriscos sublevados se les confiscaron sus bienes y se les expulsó del reino; al resto se les expropió todo. Los últimos rebeldes fueron asediados en sus cuevas, en una de las cuales (la de Bérchules), Aben Aboo murió apuñalado por sus seguidores.
Al quedar despoblada esta zona se tuvo que repoblar. A los nuevos pobladores se les ofrecían casas en propiedad, tierras a censo, árboles, etc…Además los repobladores tenían que cumplir el requisito de ser de fuera del Reino de Granada.
La mayoría de la población que se instala van a ser de las actuales provincias de Jaén y Córdoba, como demuestran los Libros de Apeos de cada villa. Hay apellidos en toda la comarca y en el municipio de Cádiar que hacen referencia a su pueblo de procedencia: como Cazorla, Jódar, Martos, Vílchez, Quesada, Baena, Beas, Torres, Molina, etc.
Se cerraba así un conflicto que había durado dos años, en los que los recursos del país habían quedado exhaustos y que tuvo como consecuencia que todos los moriscos, hubieran tenido que ver o no en la rebelión, fueron dispersados por toda España.
Autora: Noelia Ruiz