Santa Águeda 5 de febrero, el día que mandan las mujeres
No hay pueblo en Segovia en el que no se celebren “las águedas”, pero el origen de la fiesta está en Zamarramala.
Cuenta la historia y la leyenda a la vez, que a principios del siglo XIII, llegaron los sarracenos por sorpresa para conquistar el Alcázar de Segovia. Las mujeres de Zamarramala sabían que en la ciudad apenas había hombres, pues habían salido a defender otras fortalezas. Por eso decidieron defender el Alcázar ellas mismas.
Dos de las mujeres convocaron a todas las zamarriegas a ponerse sus mejores galas, y formar un baile de rueda con dulzaina y tamboril, siguiendo la tradición de la zona. Los sarracenos no perdieron la ocasión de divertirse y se unieron a la fiesta. Es entonces cuando los hombres que había en Segovia aprovecharon a entrar para defender el Alcázar.
El rey, como agradecimiento a su valor, concedió a las mujeres de Zamarramala el privilegio de “alcaldesado” con el cobro de peaje. * De ahí nace la tradición de que un día al año, mandan las mujeres y los hombres tienen que aflojar el monedero y pagar el “peaje”.
Se elige como celebración el día de Santa Águeda, mártir italiana a quien le cortan los pechos. Su culto está muy extendido por toda España, las fiestas en su honor tienen un gran arraigo y todas con un denominador común, el protagonismo de la mujer.
La fiesta en Zamarramala consiste en tres días de celebración, pero el Concejo de Aguederas cuida cada detalle de los preparativos durante todo el año. Se va adaptando a los cambios de la sociedad y fue declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional en 1976.
El domingo, 5 de febrero o el domingo siguiente, es el día grande.
El jueves anterior las Alcaldesas van a “AVISAR” a las autoridades segovianas y reciben el bastón de mando de la ciudad.
El Sábado tiene lugar, el nombramiento de las alcaldesinas, la invitación por parte de las alcaldesas a los vecinos del pueblo.
El domingo, en el entorno de la iglesia de la Vera Cruz, se lleva a cabo el juego de banderas y escolta de alabardas, el baile de las Alcaldesas (estos eventos son un recordatorio de aquel hecho histórico de la toma del Alcázar por los zamarriegos y zamarriegas) y posteriormente la procesión con la imagen de Santa Águeda, misa, pregón y entrega de nombramientos, rematando con la quema del pelele y la “tajá”
Los nombramientos son:
“Ome bueno e Leal” título honorífico a toda persona e institución que se haya distinguido por su interés por Zamarramala.
“Matahombres de Oro” galardón concedido a personas o entidades que contribuyan a realizar aportaciones para las mujeres en general.
“Aguederas Honorarias” suele recaer en mujeres que ostentan alguna representación social, cultural o política.
El lunes es el día de las Galas donde participan sólo mujeres. Hay misa por las Alcaldesas fallecidas, el baile de galas y el cambio de montera, finalizando así el mandato de las Alcaldesas. A esta celebración asisten las mujeres de las Embajadas de diferentes países.
Los trajes que lucen las aguederas, pero sobre todo las Alcaldesas, tienen gran protagonismo y van pasando de generación en generación. Están llenos de simbolismo, como el Cristo Tripero sobre el vientre, para proteger la fecundidad. El poder económico lo muestran los adornos del manteo con azabache, las cruces de plata, pendientes de aljófar, collares de coral, zapatos con hebillas de plata, etc.
El poder y autoridad señorial de la Alcaldesa se representa con la montera (que es un gorro ricamente decorado), la vara de mando (cedida por el alcalde de Segovia como símbolo del traspaso de poder que otorga la tradición), la bandeja y las grecas y cintas militares.
Vestir a las Alcaldesas puede llevar más de dos horas.
Hablar de Zamarramala y su fiesta no tendría sentido sin su paisaje. Desde el mirador de la ermita se contempla la sierra de Guadarrama y todo el perfil monumental de Segovia.
Autora: Segovia Imperdible
